Siendo que el contrato contiene prestaciones de distinta clase (suministro y servicio), nos decantamos por un contrato de suministro en función de un mayor valor estimado en el suministro de los equipos frente al valor estimado del servicio que supone su instalación. Al carecer de medios propios para realizar los trabajos que componen el objeto del contrato, es necesario acudir a la contratación externa del servicio con una empresa especializada en este ramo de actividad.